Miriam Requena

Miriam intentó marcharse de Granada y aún no lo ha conseguido. Leí el otro día que aunque te marches de esta ciudad, ella siempre te compaña de alguna manera. 

Pedagoga de profesión y artista de corazón, nos conocimos mucho haciendo teatro en el hapening Mira mientras Es (2022), representado en el Palacio de los Condes de Gabias en apoyo a la exposición de Laura Segura Gómez Desenvuelto en la Envoltura

Fotografía de "Mira mientras Es" (2022) - Daniel Marmolejo

Sin embargo, el lugar en el que nos encontramos por primera vez fue en el escenario de La Tertulia, un jueves de Jam de Poesía de noviembre de 2021. Algo pasó ese mes en La Tertulia que ha llenado de vida muchos corazones. Pasó, entre otras miles de circunstancias, que Pablo Rompe ha sabido darle vida al pub organizando y presentando los eventos del local. De repente, mucha gente se juntó en aquel bohemio bar y allí conocí a Miriam por primera vez. Recién llegada y sin planearlo nos encontramos allí. Fue bonito conocernos porque a parte de tener amigas y amigos en común, tuvimos la misma directora de teatro, Dora Albardíaz, de Socaz Teatro. Tanto ella como yo hemos podido compartir también proyectos artísticos con Pablo Cid, músico y habitante de la ciudad. Conocernos fue saber que compartíamos algo. Participó en la obra Mujer20 (2021), representada en el Espacio creativo La Buia, obra la cual expresa el testimonio de varias mujeres de forma poética, teatral y expresiva.


Miriam frecuenta el teatro, la poesía y recientemente en Mítacas realiza artesanías con arcilla, pendientes a piezas y cuentas.

Retomando la idea de que Miriam ha vuelto a la ciudad, a continuación su poema "Estoy de vuelta" donde hace de la ciudad de Granada la culpable de todo lo que en ella -y fuera de ella- sucede. Poema recitado en el Descubriendo Arte · II en La Trinchera 1x12




Estoy de vuelta

Camino sigilosa, 
casi de puntillas 
para que aún no te des cuenta de que he llegado. 

Y de que para llegar, 
tuve que irme
y para irme,
tuve que abandonarte.

Te abandoné como naufraga que se da por vencida y no quiere remar más, 
como el ahogo de quien se cansó de hacer un esfuerzo por respirar. 

Te abandoné,
y me encantaría decirte que tú me abandonaste también,
que me dejaste sola ante la huida sin pretensiones de retenerme. 

Me dejaste ir,
y aunque desee con fuerzas huracanadas reprochartelo, 
renegar de esta libertad impropia de dos enamoradas, 
me dejaste ir para quererme 
y para volver a quererte.


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